El Estado llega a su fin cuando la autoridad se somete al pago de «derecho de piso» al crimen organizado. Tamaulipas, en México, se ha convertido en el narcoestado más escandaloso y evidente. Además de su historia como centro del tráfico de drogas, destaca por su preocupante situación de narcopolítica. Tres gobernadores han sido acusados de delitos vinculados a la delincuencia organizada, dos de ellos se encuentran en prisión y uno está en libertad. Incluso un candidato a gobernador fue asesinado por el narco. Los tres partidos políticos que han gobernado el estado también se ven envueltos en sospechas de colaboración con el crimen organizado.
En las últimas elecciones de 2022, se esperaba un cambio y una recuperación de la autoridad moral y política con la llegada de Morena al poder. Sin embargo, tan solo siete meses de gobierno de Américo Villarreal fueron suficientes para que los tamaulipecos se dieran cuenta de que el dominio del narcotráfico en el estado continuaba. El Cártel del Golfo, que había sido debilitado durante el gobierno anterior, resurgió en la actual administración.
Dos datos proporcionados por periodistas locales demuestran el incremento de la presencia del narcotráfico en el gobierno morenista de Américo. En primer lugar, se revela que el apoyo del Cártel del Golfo al gobierno actual no se limitó a las campañas electorales, sino que personas directamente relacionadas con el narcotráfico, especialmente con el Golfo, ocupan ahora cargos en todos los niveles del gobierno, desde puestos burocráticos hasta altos cargos en el gabinete del Dr. Villarreal.
El segundo dato aún más escandaloso y preocupante es que la mayoría de los municipios de Tamaulipas, incluyendo los de la frontera, la región central e incluso algunos del sur, están pagando actualmente «derecho de piso» a los cárteles del narcotráfico. Estos cárteles amenazan, secuestran a alcaldes e incluso ejercen presión política para exigir pagos mensuales que oscilan entre 2 y 3.5 millones de pesos, dependiendo del tamaño y la economía del municipio, a cambio de servicios de protección. Además, muchos alcaldes tamaulipecos han entregado partes de su administración municipal, como la policía, la seguridad, la protección civil, la recolección de basura y los servicios de licencias y espectáculos, a los narcos.
La mayoría de los alcaldes que han cedido ante la extorsión y protección del narco han sido presionados mediante secuestros, amenazas a sus familias e incluso ataques y destrucción de los edificios municipales. Estos alcaldes deciden pagar las cantidades exigidas, utilizando el presupuesto público, con el fin de salvar sus vidas y poder ejercer parcialmente el cargo para el cual fueron elegidos.
El resurgimiento del Cártel del Golfo y su influencia en la frontera de Tamaulipas y otras áreas del estado se puede documentar con declaraciones del líder de la Columna Armada Pedro J. Méndez, Octavio Leal Moncada. Antes y después de las elecciones de gobernador del año pasado, Leal Moncada expresó su apoyo a Américo Villarreal y a Morena. En enero de 2022, declaró: «Con Morena vamos a la cuarta transformación». Sin embargo, poco después, el 5 de julio, fue detenido con una orden de aprehensión del gobierno estatal por sus vínculos con el crimen organizado y pasó casi seis meses en prisión hasta que fue liberado en noviembre de 2022 por el gobierno morenista de Villarreal.
Incluso en libertad, Leal Moncada ha regresado a sus dominios en la zona centro-oriente del estado, donde sigue controlando los territorios del Cártel del Golfo. Ahora aprovecha su tiempo libre para involucrarse en actividades políticas, propaganda e incluso afiliar obligatoriamente a nuevos militantes a Morena. Incluso durante la reciente campaña para la elección extraordinaria de un nuevo senador en Tamaulipas, Leal Moncada se le vio pidiendo el voto para el actual senador de Morena, José Ramón Gómez Leal.
Recientemente, se ha difundido un video en páginas de Facebook donde el líder de las autodefensas vinculadas al Cártel del Golfo llama nuevamente a votar por Morena y sus candidatos en las elecciones de 2024. Además, invita a la gente a afiliarse al partido del presidente López Obrador. En sus palabras: «Se acercan los tiempos electorales, el próximo año se elegirán a los candidatos a presidentes municipales, diputados federales y presidente. El Partido Morena está siendo atacado de múltiples formas, al igual que nuestro Presidente de la República. Nos acusan de no resolver los problemas de los ciudadanos y de no garantizar su seguridad. No caigamos en esta gran mentira. Debemos afiliarnos a Morena, establecer comités municipales para defender nuestro trabajo, nuestra tierra y el gobierno de Morena».
Por lo tanto, con los grupos del narcotráfico operando impunemente y sometiendo a las autoridades municipales al pago de «derecho de piso», y con líderes del Cártel del Golfo respaldando al gobernador y a Morena, incluso afiliando a nuevos seguidores, Tamaulipas vuelve a ser un narcoestado. En esta situación, la autoridad del Estado se somete al crimen organizado, que no solo impone su ley de violencia, sino que ahora también cobra «impuestos» a los gobernantes locales. Cuando la autoridad, en cualquiera de los tres niveles de gobierno, se somete al narcotráfico y paga impuestos, el Estado mexicano llega a su fin.