El peso mexicano ha experimentado una depreciación en respuesta a varios factores que han generado aversión al riesgo sobre México. La incertidumbre en torno a la certeza jurídica en el país, las acciones del Gobierno Federal y la especulación de un aumento en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos son algunos de los motivos que han contribuido a esta situación.
Según el Grupo Financiero Base, las acciones recientes del Gobierno Federal, como el decreto para contravenir una acción de inconstitucionalidad de la Suprema Corte y la expropiación de terrenos, han generado un deterioro en el ambiente de negocios y han afectado la perspectiva de inversión. Esto se ha reflejado en una reacción negativa del tipo de cambio y del mercado de capitales.
Además, la aversión al riesgo ha aumentado debido a las negociaciones en Estados Unidos para elevar el techo de la deuda. La falta de acuerdo en estas negociaciones y la posibilidad de incumplimiento de pagos de deuda han fortalecido al dólar y han generado mayor cautela por parte de los inversores.
Por otro lado, los indicadores económicos también han influido en la depreciación del peso. El índice de gestores de compras (PMI) de manufactura de la Eurozona ha mostrado una contracción durante 11 meses consecutivos, lo cual indica una desaceleración en la actividad económica de la región.
Finalmente, la especulación sobre un aumento en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos ha generado movimientos en el mercado de bonos, con un incremento en las tasas de las notas del Tesoro a 10 años. En resumen, la combinación de factores como la incertidumbre interna, las negociaciones sobre la deuda en Estados Unidos, los indicadores económicos negativos y la especulación sobre el aumento de la tasa de interés han contribuido a la depreciación del peso mexicano.