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Economía

¡Recupera tu poder adquisitivo! Pronostican mejoría económica en México

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poder adquisitivo

Después de un periodo económico complicado debido a las secuelas del Covid-19, se avizora un rayo de esperanza para México en el segundo cuatrimestre de 2023. Martha Elizabeth Ibarra, consultora y ex magistrada federal, explicó que existen condiciones propicias para que los mexicanos experimenten una recuperación en su poder adquisitivo.

Durante su visita a Guadalajara, Ibarra detalló ante los empresarios que, según informes de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), se prevé que el dinero de las personas recupere valor adquisitivo. Tomando en cuenta los salarios mínimos actuales (207.44 pesos diarios para la zona general y 312.41 pesos diarios para la zona libre de la frontera norte) y el comportamiento inflacionario, se estima una mejora significativa. La ex magistrada destacó que en 2022, el salario mínimo experimentó una recuperación del 13.2% en su poder adquisitivo, según lo declarado por la CONASAMI.

En los últimos años, factores como la pandemia del Covid-19 y las tensiones en Ucrania han impulsado el aumento de la inflación en México. Sin embargo, afortunadamente, este año se ha observado una disminución constante. A finales del año pasado, la inflación alcanzó el 7.82%, pero en la primera quincena de abril de este año se redujo al 6.24%, lo que representa una tendencia favorable.

El poder adquisitivo de las personas también se ve influenciado por sus ingresos. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), se ha observado que aquellos con menores ingresos experimentan un mayor impacto inflacionario. Esto se debe a que destinan un mayor porcentaje de sus recursos económicos a la compra de alimentos, en comparación con quienes tienen mayores ingresos.

Ibarra señaló que el fortalecimiento del peso mexicano como moneda internacional puede incidir de manera positiva en la economía del país, aunque no sea el único factor determinante.

La abogada compartió algunos consejos proporcionados por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) para hacer frente a la inflación y prevenir situaciones complicadas. Estos consejos incluyen la elaboración de un presupuesto que considere los gastos e ingresos, la comparación de precios y calidad antes de realizar compras, la adquisición únicamente de lo necesario, la precaución ante las promociones engañosas y el fomento de la diversificación de fuentes de ingresos, así como la exploración de inversiones de bajo riesgo.

En conclusión, se avizora un panorama de recuperación en el poder adquisitivo para los mexicanos durante el resto del año, respaldado por el aumento del salario mínimo y la disminución de la inflación. Sin embargo, es importante tener en cuenta las actualizaciones fiscales, como los requisitos adicionales para los prestadores de servicios de transporte y los incrementos en las tarifas de pasaporte, a fin de tomar decisiones informadas y salvaguardar la estabilidad financiera personal.

En ese sentido, Martha Elizabeth Ibarra enfatizó la importancia de considerar la actualización de la miscelánea fiscal para tener una visión completa de la situación económica. Entre los aspectos que impactan en los bolsillos de los ciudadanos se encuentran las mayores obligaciones fiscales, como la retención del impuesto sobre la renta e impuesto al valor agregado para prestadores de servicios de transporte terrestre de pasajeros o entrega de alimentos, como Uber, Didi, Cabify, entre otros.

Asimismo, se ha observado un aumento en las tarifas de servicios migratorios, como los pasaportes, donde se registraron incrementos en los costos comparados con el año anterior. Estos cambios deben ser tomados en cuenta al realizar proyecciones y tomar decisiones financieras. En resumen, aunque se vislumbra una posible recuperación en el poder adquisitivo de los mexicanos durante el segundo cuatrimestre del 2023, respaldada por el incremento del salario mínimo y la disminución de la inflación, es fundamental estar al tanto de las actualizaciones fiscales y considerar los efectos que estas pueden tener en la economía personal. Con una planificación adecuada, el seguimiento de consejos financieros y la diversificación de fuentes de ingresos, se podrá enfrentar la inflación y mantener una estabilidad económica sólida en tiempos desafiantes.

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Economía

El Negocio de Gobernar Capítulo 1: ¿Cómo se hace rico un Regidor?

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El Negocio de Gobernar Capítulo 1: ¿Cómo se hace rico un Regidor?

Por: R. Darinosi

Este es el primer capítulo de la serie El Negocio de Gobernar, una investigación periodística que desnuda cómo los distintos cargos públicos en México —desde los niveles municipales hasta el Senado— han convertido el servicio público en un auténtico negocio personal.

Cada entrega abordará un eslabón distinto de la cadena política: regidores, diputados locales, diputados federales y senadores. Analizaremos de manera clara y didáctica los mecanismos por los cuales logran enriquecerse más allá de lo que sus sueldos oficiales podrían permitir.

Comenzamos por el regidor municipal, la figura política más cercana al ciudadano común. En teoría, un regidor representa a la comunidad en el cabildo, fiscaliza al presidente municipal y participa en la elaboración de reglamentos locales. En la práctica, sin embargo, su puesto se ha convertido en una de las puertas más fáciles de entrada al “negocio de gobernar”.

El sueldo es lo de menos

A primera vista, el ingreso oficial de un regidor no parece un escándalo. Dependiendo del municipio y del estado, un regidor puede ganar entre 35 mil y 80 mil pesos mensuales en dieta bruta, además de aguinaldos, compensaciones y apoyos diversos. Aunque es una cifra superior al promedio de un profesionista mexicano —el salario medio ronda los 12 a 15 mil pesos mensuales—, no debería dar para justificar autos de lujo, viajes al extranjero o propiedades en zonas residenciales que con frecuencia aparecen asociados a este nivel de servidor público.

Entonces, ¿cómo logran multiplicar ese ingreso?
La clave está en entender que el sueldo es apenas la punta del iceberg. En realidad, los regidores cuentan con varios mecanismos adicionales que, aunque legales en apariencia, se convierten en fuentes paralelas de riqueza:

  1. Compensaciones ocultas: además de la dieta, muchos ayuntamientos aprueban bonos extraordinarios, compensaciones por “trabajo de comisión” o gratificaciones de fin de año. Estos montos rara vez aparecen en la publicidad oficial.
  2. Asistentes y asesores “fantasma”: el regidor tiene derecho a cierto personal de apoyo. No es raro que se contraten amigos o familiares que no trabajan realmente, pero cobran puntualmente. El sueldo de esos asesores termina regresando al bolsillo del regidor.
  3. Bonos de fin de trienio: en algunos municipios, los cabildos aprueban para sí mismos pagos especiales al concluir la administración, disfrazados de liquidaciones, compensaciones o reconocimientos al “desempeño”.
  4. Prestaciones acumuladas: a la dieta se suman vales de despensa, apoyos de gasolina, telefonía, seguros médicos y de vida. Son privilegios que, sumados, representan decenas de miles de pesos adicionales al mes.

El resultado es claro: aunque la narrativa oficial es que un regidor gana “x” cantidad, en los hechos sus ingresos se inflan con pluses poco transparentes, generando una brecha enorme entre el salario que se declara y el estilo de vida que se ostenta.

En resumen, el sueldo de un regidor es lo de menos: lo realmente jugoso está en las prestaciones extra, los bonos ocultos y las nóminas infladas, que constituyen el primer peldaño en la escalera de enriquecimiento dentro de la política local.

La caja chica y los viáticos

Si el sueldo y las compensaciones ya inflan el ingreso de un regidor, la caja chica y los viáticos son la parte más flexible de su economía.

En teoría, la caja chica existe para cubrir gastos menores y urgentes: papelería, gasolina, comida para reuniones o apoyos de último minuto. El problema es que en la práctica se convierte en dinero líquido sin control real. Facturas inventadas, comprobantes inflados y compras que nunca ocurrieron son parte del menú. En algunos municipios, basta con presentar un ticket de restaurante para justificar cientos o miles de pesos gastados “en gestión ciudadana”.

Los viáticos funcionan igual. Cada salida oficial —un congreso de municipios, una visita a la capital del estado, una gira a otro municipio— se traduce en un pago adelantado para transporte, hospedaje y alimentación. Muchas veces el evento ni siquiera se cubre o se justifica con un simple oficio de comisión. Los montos no siempre regresan a la tesorería; se quedan en el bolsillo del regidor.

Casos típicos:

  • Gasolina duplicada: el regidor cobra vales de gasolina, pero además pide reembolso en efectivo por los mismos viajes.
  • Eventos fantasma: se presentan comprobantes de reuniones o foros que nunca se realizaron.
  • Excesos justificados: comidas en restaurantes caros registradas como “atención ciudadana”.

Lo delicado es que estos gastos menores, multiplicados cada semana, suman montos millonarios al final de un trienio. No aparecen en grandes contratos ni en auditorías profundas, pero representan un drenaje constante de recursos municipales.

En resumen: la caja chica y los viáticos son la alcancía invisible de los regidores. Ahí no hay grandes obras ni contratos, sino un goteo permanente de dinero público que termina subsidiando lujos personales.

Programas sociales, la moneda de cambio

Los regidores suelen tener injerencia en la gestión o distribución de programas sociales municipales, que en teoría están diseñados para apoyar a los sectores más vulnerables: despensas, becas, materiales de construcción, apoyos para vivienda o útiles escolares. Sin embargo, en la práctica estos programas se transforman en una moneda política y, en muchos casos, en un mecanismo de enriquecimiento personal.

  1. Padrones inflados o fantasma: se integran listas de beneficiarios con nombres repetidos, domicilios inexistentes o personas que nunca reciben nada. Los recursos asignados terminan desviándose hacia operadores políticos o directamente al bolsillo del regidor.
  2. Distribución selectiva: las despensas o becas se entregan solo a quienes apoyan al regidor o a su partido, condicionando la ayuda a favores políticos. En épocas electorales, los programas sociales se convierten en herramientas de compra de votos.
  3. Proveedores “amigos”: el regidor puede intervenir en la elección de empresas que surten despensas, materiales de construcción o paquetes escolares. Muchas veces estas empresas pertenecen a familiares o prestanombres, inflan los precios y entregan productos de baja calidad.
  4. Reciclaje de recursos: los apoyos que deberían ir a la gente se “reciclan”: una parte se reparte para la foto y otra se almacena para revenderse o usarse en campañas políticas.

El resultado es que los programas sociales, que deberían ser un canal directo de bienestar para la población, se convierten en un negocio paralelo: generan clientelas políticas, consolidan poder y, al mismo tiempo, dejan dinero en manos de quienes deberían garantizar su correcta aplicación.

Permisos y licencias a modo

El cabildo municipal —donde los regidores tienen voto— es la instancia que aprueba cambios de uso de suelo, giros comerciales y autorizaciones para construcción. Lo que en principio debería ser un trámite técnico y transparente se convierte en un mercado paralelo, donde cada permiso es una oportunidad de negocio.

  1. Uso de suelo y construcción: un terreno agrícola que se convierte en zona habitacional o comercial puede multiplicar su valor de la noche a la mañana. Los regidores, al autorizar ese cambio, reciben “agradecimientos” de los beneficiarios: desde dinero en efectivo hasta terrenos y departamentos como pago en especie.
  2. Licencias para giros negros: bares, antros, casinos o gasolineras requieren autorización municipal. Conseguir el voto de los regidores muchas veces implica “cuotas” ocultas. La permisividad en horarios, venta de alcohol o ubicación se traduce en ingresos constantes bajo la mesa.
  3. Permisos exprés: cuando un empresario necesita que un trámite avance rápido, la solución suele ser el “gestor” que conecta con regidores. A cambio de una suma fija, se aprueban proyectos en tiempo récord, saltando filtros ambientales, de seguridad o de impacto urbano.
  4. Negocio inmobiliario disfrazado: algunos regidores actúan como intermediarios entre constructoras y el cabildo. Influyen en la aprobación de fraccionamientos o desarrollos urbanos y, a cambio, reciben departamentos, locales o participación en la empresa constructora.

En este rubro, el regidor no solo recibe dinero, sino que accede a patrimonios sólidos: terrenos, inmuebles, participaciones en negocios que seguirán generando ganancias incluso cuando termine su cargo.

En pocas palabras: mientras los ciudadanos creen que el cabildo aprueba obras en beneficio de la ciudad, en realidad muchos regidores convierten cada licencia en una mina de oro personal.

El cabildeo local

Aunque muchas veces pasa desapercibido, el cabildeo es una de las fuentes más rentables para un regidor. En teoría, su papel es representar a la ciudadanía y deliberar en el cabildo sobre reglamentos y acuerdos. En la práctica, terminan funcionando como intermediarios entre particulares y el gobierno municipal.

  1. Los giros comerciales: bares, restaurantes, gasolineras o tianguis necesitan permisos especiales para operar. El regidor se convierte en “puente” para acelerar trámites, flexibilizar requisitos o incluso cerrar los ojos ante irregularidades. A cambio, recibe pagos regulares que se disfrazan de donaciones o “aportaciones voluntarias”.
  2. Concesiones municipales: desde la recolección de basura hasta el transporte público o las ferias locales, todo pasa por acuerdos del cabildo. Un voto a favor puede abrirle la puerta a un contratista, y ese voto no siempre es gratis.
  3. Negocios familiares: algunos regidores colocan a familiares o socios como proveedores del ayuntamiento. Así, cuando se aprueban compras o concesiones, terminan beneficiando a su propio círculo cercano.
  4. El regidor como gestor: empresarios locales saben que no es lo mismo enfrentar la burocracia solos que con un regidor de su lado. Por eso, pagan “honorarios” para que sea su abogado político: el que convence a otros regidores, presiona a funcionarios y logra que los proyectos se aprueben.

Este tipo de cabildeo es el que deja ganancias constantes y discretas. No aparecen en nóminas ni en contratos públicos, pero generan ingresos en efectivo, difíciles de rastrear. En la práctica, el regidor se convierte en un coyote con credencial oficial, que usa su voto y su influencia como mercancía.

Al terminar de revisar todos estos mecanismos —sueldo inflado, cajas chicas, programas sociales, licencias a modo y cabildeo— queda claro que ser regidor es mucho más que un cargo de representación ciudadana: es una oportunidad de negocio.

El problema no es solo que un regidor viva mejor de lo que gana oficialmente, sino que el sistema permite y hasta normaliza estas prácticas. Al final del trienio, muchos regidores logran salir con propiedades, vehículos y relaciones empresariales que nada tienen que ver con la función pública que juraron cumplir.

En la narrativa oficial, el regidor es un servidor cercano al pueblo; en la realidad, muchas veces es un cajero político con acceso directo al erario. Y este es apenas el primer escalón del negocio de gobernar: lo que en los municipios se hace con despensas, permisos y viáticos, en niveles más altos se multiplica en contratos, presupuestos y cabildeos nacionales.

El ciudadano vota por representación, pero recibe administración de intereses privados. Esa es la verdadera ganancia de un regidor.

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Economía

¿Quién endeudó y destruyó más a México?

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¿Quién endeudo más a México?

De Echeverría a AMLO: cifras, trampas y el verdadero daño al país

Por: D. Ricardo Noguerón S.

México lleva más de medio siglo atrapado en un círculo vicioso: gobiernos que prometen austeridad, disciplina fiscal y responsabilidad, pero dejan la casa más endeudada que como la encontraron.

Desde la crisis del petróleo en los años 70 hasta los megaproyectos del actual régimen, el endeudamiento se ha convertido en una herramienta de supervivencia política y de simulación de desarrollo. No importa si el partido en el poder es el PRI, el PAN o Morena: la deuda crece, el país no avanza al mismo ritmo, y el pueblo sigue pagando los intereses.

Pero no toda deuda es necesariamente negativa. Los países modernos utilizan deuda para financiar infraestructura, salud, educación o innovación. El problema empieza cuando el dinero no se traduce en progreso, ni en bienestar, ni en productividad. Y se agrava cuando ese dinero sirve para alimentar redes de corrupción, programas clientelares o estructuras de poder militarizadas.

En este artículo, haremos un recorrido desde Luis Echeverría hasta Andrés Manuel López Obrador, comparando:

  • Cuánto creció la deuda en cada sexenio (en pesos y en proporción al PIB),
  • Qué se hizo con ese dinero,
  • Y quién causó el mayor daño estructural, fiscal e institucional al país.

Porque no basta con saber quién pidió más dinero. Hay que preguntarse también quién lo malgastó, quién destruyó instituciones, y quién dejó un Estado más frágil para el futuro.

Este es un ejercicio de memoria crítica. Porque los gobiernos pasan, pero la deuda… se queda.

Historia de la Deuda en México

2. Breve historia de la deuda en México

Del endeudamiento como necesidad… al endeudamiento como sistema

El endeudamiento público no es nuevo en México. De hecho, es una constante desde que el país existe como Estado. Sin embargo, el tipo de deuda, sus causas y consecuencias han variado profundamente a lo largo de los siglos.

Siglo XIX: Deuda como herencia colonial y chantaje internacional

Desde la Independencia, México contrajo deuda externa con potencias europeas para sostener guerras internas y reconstrucción. En 1824 ya había contraído préstamos con bancos británicos que tardaríamos décadas en pagar.

El impago de esa deuda fue uno de los pretextos para la invasión francesa de 1862 que derivó en el Imperio de Maximiliano. Desde el inicio, la deuda fue una herramienta de presión política internacional.

Siglo XX temprano: Deuda moderada, economía cerrada

Durante los gobiernos posrevolucionarios y el cardenismo, la deuda se mantuvo contenida. El modelo económico basado en sustitución de importaciones y control estatal del desarrollo limitó el acceso al financiamiento externo. Se priorizó la inversión pública directa, con baja exposición al capital extranjero.

Pero eso cambió radicalmente con la bonanza petrolera de los años 70.

Años 70–80: La trampa petrolera y la bomba de deuda

Durante el sexenio de Luis Echeverría (1970–1976), el gasto público se disparó. Su sucesor, José López Portillo (1976–1982), apostó a una estrategia suicida: endeudar al país bajo la promesa de que “México iba a aprender a administrar la abundancia”, gracias al petróleo:

  • La deuda externa pasó de 6,000 millones de dólares en 1970 a más de 59,000 millones en 1982.
  • El peso se devaluó más de 300%.
  • El sistema colapsó cuando cayeron los precios del crudo.
  • En 1982, México entró en suspensión de pagos. Fue la antesala de la crisis de deuda latinoamericana.

López Portillo nacionalizó la banca y dejó una economía en ruinas. Esa fue la primera gran lección de que endeudarse sin productividad es suicida.

Años 80–90: Ajuste estructural, neoliberalismo y deuda escondida

Con Miguel de la Madrid (1982–1988) y Carlos Salinas (1988–1994) llegó el «rescate» promovido por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial:

  • Apertura comercial (ingreso al GATT)
  • Privatización de empresas públicas
  • Control del gasto social

La deuda externa se estabilizó, pero a cambio se privatizaron más de 1,000 empresas del Estado y se generó una deuda social: más pobreza, más desigualdad, menos inversión pública.

Al final del sexenio de Zedillo (1994–2000), tras la crisis del “error de diciembre”, se creó el FOBAPROA, el mecanismo que absorbió la deuda bancaria privada y la convirtió en deuda pública. Ese pasivo se sigue pagando hasta hoy.

Siglo XXI: Endeudamiento estructural y normalizado

Con Vicente Fox y Felipe Calderón, la deuda se volvió interna: CETES, bonos del gobierno, deuda en pesos. Era más “sana” macroeconómicamente, pero más silenciosa y constante.

  • Calderón duplicó la deuda durante la crisis de 2008 y la guerra contra el narco.
  • Peña Nieto, con la reforma energética y las “reformas estructurales”, prometió inversión, pero dejó más deuda que resultados.

El presente: AMLO y la nueva era del endeudamiento militarizado

Con Andrés Manuel López Obrador (2018–2024), el discurso fue distinto:
“No vamos a endeudar al país. Habrá austeridad republicana.”

La realidad fue otra:

  • Deuda aumentada en más de 5.3 billones de pesos.
  • Megaproyectos sin retorno productivo inmediato.
  • Programas sociales clientelares sin mecanismos de evaluación.
  • Uso de empresas públicas (Pemex, CFE) y fuerzas armadas para ejecutar gasto sin transparencia.

Ya no se trata solo de cuánto se pide prestado, sino de cómo se concentra, se oculta y se malgasta.

La historia de la deuda en México es la historia de su modelo económico: extractivista, centralista y opaco.

La deuda ha pasado de ser un salvavidas a ser una droga fiscal para gobernar sin resultados reales.

Hoy, el problema no es si debemos… sino a quién le debemos, quién la pidió, y en qué se usó.

Periodos de más deudas

3. Comparativo de deuda por sexenios (1970–2024)

¿Quién dejó más deuda? ¿Quién la usó peor?

Hablar de deuda implica analizar dos cosas: cuánto aumentó en términos absolutos (en pesos) y cómo creció en proporción al tamaño del país (PIB). Ambos datos son importantes, pero suelen prestarse a manipulación discursiva. Aquí presentamos las cifras reales, con base en datos de la Secretaría de Hacienda (SHCP), INEGI y el Fondo Monetario Internacional.

Tabla comparativa: Deuda pública por sexenio (ajustada a pesos constantes)

PresidentePeriodoDeuda al inicio (billones)Deuda al final (billones)Aumento (billones)% de aumento% del PIB final
Luis Echeverría1970–19760.060.19+0.13+216%~10%
José López Portillo1976–19820.191.80+1.61+847%~50%
Miguel de la Madrid1982–19881.802.30+0.50+28%~46%
Carlos Salinas1988–19942.301.50*-0.80**-34%~24%
Ernesto Zedillo1994–20001.502.10+0.60+40%~29%
Vicente Fox2000–20062.102.70+0.60+29%~29%
Felipe Calderón2006–20122.705.90+3.20+118%~37%
Enrique Peña Nieto2012–20185.9010.50+4.60+78%~49%
AMLO2018–202410.5015.80+5.30+50% aprox.~49.7%

Notas:

  • *Durante el sexenio de Salinas hubo manipulación contable: parte de la deuda fue “borrada” mediante privatizaciones y reestructuraciones. El costo real fue heredado a Zedillo (FOBAPROA).
  • Las cifras están redondeadas para claridad, ajustadas a pesos constantes de 2024, y pueden variar por fuentes y tipos de deuda (externa, interna, neta o bruta).
  • La deuda como % del PIB al cierre del sexenio es clave para entender el peso real de la deuda sobre la economía.

Análisis gráfico (descrito)

Una gráfica de barras mostraría:

  • Crecimientos explosivos en 1982, 2009 y 2020–2024.
  • Una pendiente constante ascendente desde Calderón hasta AMLO.
  • Un nuevo récord histórico de deuda total al cierre del sexenio de López Obrador.

¿Qué nos dice esta tabla?

  1. López Portillo fue el que más disparó la deuda en términos proporcionales (+847%), pero el contexto fue una crisis externa e interna catastrófica.
  2. Peña Nieto y Calderón casi duplicaron la deuda, en contextos de reformas fallidas y crisis mundial, respectivamente.
  3. AMLO es el que más deuda acumuló en términos absolutos, aunque logró mantener el % del PIB relativamente estable (gracias a inflación y control del gasto técnico).

Pero hay una trampa: el porcentaje del PIB puede engañar

Si el PIB nominal crece por inflación o tipo de cambio, la deuda puede parecer estable en proporción. Pero eso no significa que no se esté endeudando peligrosamente.

Por eso es vital hacer el análisis desde tres ángulos:

  1. Monto total de deuda generada (en pesos constantes)
  2. Porcentaje de crecimiento respecto a lo recibido
  3. Impacto estructural del uso de esa deuda

En la siguiente sección, desglosaremos estos tres rankings con sus respectivos Top 3 para que el lector entienda por qué AMLO sí está entre los mayores endeudadores, aunque lo niegue públicamente.

Toip 3 presidentes que más endeudaron

4. Top 3 de endeudadores por monto absoluto

¿Quién pidió más dinero prestado? (aunque lo niegue)

Esta es la forma más directa de medir el endeudamiento: ¿cuántos billones de pesos adicionales dejó cada presidente al país?

Aquí no hay porcentajes ni proporciones que maquillen los números.
Es dinero real, deuda que pagaremos tú, tus hijos y tus nietos.

Ranking: Mayores incrementos de deuda en pesos (ajustados a 2024)

PuestoPresidentePeriodoAumento de deuda (billones de pesos)
1AMLO2018–2024+5.3 billones
2Peña Nieto2012–2018+5.3 billones
3Felipe Calderón2006–2012+3.2 billones

Tanto AMLO como Peña generaron la misma cantidad de deuda nueva, pero con contextos y usos distintos, como veremos en secciones siguientes.

¿Por qué estos datos importan?

Este ranking muestra con crudeza el peso real que cada presidente dejó al país, independientemente de la inflación, el PIB o las justificaciones políticas.

  • No hay forma de ocultar estos montos.
  • No se trata de si “fue por una crisis”, “una pandemia” o “una guerra”.
  • Se trata de que más de 5 billones de pesos se sumaron al pasivo nacional, y su destino no fue necesariamente inversión productiva.

El caso de AMLO: el “austero” que pidió más

  • AMLO llegó al poder con la promesa de no endeudar al país.
  • Sin embargo, en seis años generó la misma cantidad de deuda que Peña Nieto, superando a todos sus antecesores en monto total.
  • Lo hizo además con un discurso de austeridad, lo que genera una contradicción fundamental entre el relato político y la realidad fiscal.

En este ranking, no hay duda: AMLO está en el primer lugar, empatado con Peña, pero en un contexto sin reformas estructurales ni pandemia prolongada.

Si juzgamos por la cantidad de dinero que se sumó a la deuda nacional, AMLO es el presidente más endeudador de la historia moderna de México.

No por manipulación contable, no por efectos del PIB, no por interpretaciones ideológicas: por dinero real.

Top 3 presidentes por crecimiento

5. Top 3 de endeudadores por crecimiento porcentual

¿Quién multiplicó más la deuda que recibió?

Este ranking responde a una pregunta distinta:

¿Qué presidente creció más la deuda en proporción a lo que tenía cuando llegó al poder?

Es decir, no importa si heredó poca o mucha deuda. Lo importante es qué tanto la incrementó en su sexenio.

Ranking: Presidentes que más aumentaron la deuda en porcentaje

PuestoPresidenteDeuda inicialDeuda final% de incremento
1José López Portillo0.19 billones1.80 billones+847%
2Felipe Calderón2.70 billones5.90 billones+118%
3Enrique Peña Nieto5.90 billones10.50 billones+78%
AMLO10.50 billones15.80 billones+50% aprox.

Nota: AMLO no entra en este Top 3, porque, aunque sumó más dinero en pesos, partió de una base de deuda muy alta, lo que reduce el porcentaje de crecimiento relativo.

El caso López Portillo: el colapso

  • En solo 6 años (1976–1982), López Portillo multiplicó por 9 la deuda que recibió.
  • Su política de gasto desenfrenado durante la bonanza petrolera terminó en la peor crisis económica del siglo XX.
  • En 1982, México se declaró en suspensión de pagos ante los acreedores internacionales.
  • La deuda pasó de representar menos del 10% del PIB a casi 50%.

Fue la primera vez que la deuda se convirtió en un problema estructural y político de supervivencia nacional.

Felipe Calderón: deuda bélica y crisis global

  • Calderón heredó una deuda manejable, pero enfrentó la crisis financiera mundial de 2008.
  • Para mantener estabilidad macroeconómica, duplicó la deuda pública, pasando de 2.7 a 5.9 billones.
  • Además, inició la guerra contra el narcotráfico, que implicó aumentos históricos en gasto de seguridad y defensa.

Su crecimiento fue proporcionalmente mayor al de AMLO o Peña, aunque en un contexto de urgencia global.

Peña Nieto: deuda, reformas y corrupción estructural

  • Peña heredó una economía estable, sin guerras ni crisis globales.
  • Prometió crecimiento con reformas estructurales (energética, educativa, fiscal).
  • Terminó su sexenio con la deuda 78% más alta y sin resultados visibles en productividad, inversión o bienestar.
  • Casos como Odebrecht, OHL, La Estafa Maestra y otros, muestran que gran parte de esa deuda se diluyó en redes de corrupción.

En este ranking, Peña aparece como el tercer presidente que más multiplicó la deuda, pero con el menor retorno real.

¿Y AMLO?

  • Aunque endeudó más en términos absolutos, su incremento porcentual fue menor (~50%), ya que heredó una deuda de 10.5 billones.
  • Su discurso de “no endeudar” se sostiene en este ranking, pero solo si se ve aislado del contexto real de gasto, opacidad y centralización.
  • Lo que AMLO no aumentó en porcentaje, lo compensó con uso intensivo y discrecional del presupuesto.

El porcentaje de crecimiento revela quién se desbordó en el gasto respecto a lo que tenía.

Aquí, López Portillo, Calderón y Peña son los máximos responsables del crecimiento explosivo de la deuda.

Pero cuidado: una deuda que crece poco también puede hacer más daño, si se usa para destruir instituciones y manipular el poder, como veremos en el siguiente ranking.

¿Qué presidente afectó más a México?

6. Top 3 de presidentes que más perjudicaron estructuralmente a México

¿Quién no solo endeudó… sino que destruyó?

Hasta ahora hemos comparado pesos y porcentajes. Pero existe un tercer nivel, mucho más revelador:

¿Qué presidente hizo más daño estructural con la deuda?
Es decir: ¿quién utilizó el dinero público no para fortalecer al país, sino para controlarlo, manipularlo o deteriorarlo desde adentro?

Aquí analizamos tres criterios:

  • El uso del presupuesto como herramienta política o clientelar.
  • El desmantelamiento de instituciones autónomas o técnicas.
  • La militarización del aparato civil del Estado.

Ranking: Daño estructural al Estado mexicano

PuestoPresidenteCriterios clave del daño
1AMLO (2018–2024)Centralización, militarización, destrucción institucional
2Peña Nieto (2012–2018)Corrupción estructural, deuda improductiva, redes clientelares
3López Portillo (1976–1982)Estatización bancaria, hiperinflación, suspensión de pagos

1. AMLO: el «austero» que desmanteló el Estado

  • Concentró más presupuesto que ningún otro presidente en la historia moderna.
  • Desmanteló instituciones técnicas y autónomas:
    • INSABI (antes Seguro Popular)
    • Fonden (Fondo de desastres naturales)
    • Fideicomisos de ciencia, cine, cultura y justicia
    • INAI (transparencia), Coneval (evaluación social), y presionó al INE
  • Eliminó contrapesos fiscales y normativos.
  • Militarizó funciones civiles: puertos, aeropuertos, trenes, construcción, seguridad, migración.
  • Reasignó miles de millones a la Sedena sin rendición de cuentas.
  • Institucionalizó la opacidad, eliminando órganos de evaluación y fiscalización.

📌 No solo endeudó: reorganizó al Estado para ponerlo al servicio del poder presidencial y del ejército.

2. Peña Nieto: corrupción institucionalizada

  • Endeudó con un discurso reformista, pero los recursos fueron desviados sistemáticamente:
    • Odebrecht, OHL, Estafa Maestra, Casa Blanca.
    • Proyectos inflados, contratos opacos, obras sin terminar.
  • No desmanteló al Estado, pero lo usó como botín.
  • Mantuvo instituciones funcionales, pero las corrompió desde dentro.

Dejó una deuda monumental sin retorno social, sin infraestructura clave y sin institucionalidad fortalecida.

3. López Portillo: destrucción económica y financiera

  • Enfrentó el colapso del modelo petrolero que él mismo infló.
  • Nacionalizó la banca y sembró desconfianza histórica en los mercados.
  • En 1982, México se declaró insolvente: el país quedó aislado financieramente.
  • El peso se devaluó, la inflación se descontroló, y la pobreza se disparó.

Aunque no destruyó instituciones políticas, su legado fue una catástrofe financiera que marcaría toda la política económica futura.

¿Por qué AMLO es el que más daño hizo?

Porque no solo endeudó, sino que cambió la forma en que el Estado mexicano ejerce el poder, maneja el dinero y ejecuta obras.

Transformó secretarías en oficinas decorativas, desapareció fondos técnicos, puso al ejército como contratista y administrador, y debilitó todos los órganos independientes que le estorbaban.

Y todo eso, con un discurso de austeridad, honestidad y pueblo.

Conclusión de esta sección

La peor deuda no es la económica: es la institucional.

México puede recuperarse de una deuda externa. Pero recuperar un Estado manipulado, militarizado y desmantelado… eso toma generaciones.

El caso AMLO

7. El caso AMLO: el que más dinero manejó

“No endeudó al país” … pero sí usó más presupuesto que nadie

Uno de los pilares discursivos del sexenio de Andrés Manuel López Obrador fue el siguiente:

“No hemos endeudado al país. No hemos pedido créditos como antes. No somos iguales.”

Esta narrativa fue repetida en conferencias matutinas, spots oficiales, informes de gobierno y giras por todo el país. Sin embargo, cuando uno revisa las cifras oficiales —de la Secretaría de Hacienda, el INEGI y el Fondo Monetario Internacional—, la historia es muy distinta.

Más deuda total que cualquier otro presidente

  • Deuda pública al inicio del sexenio (2018):
    ~10.5 billones de pesos
  • Deuda pública al cierre del sexenio (2024):
    ~15.8 billones de pesos
  • Incremento neto:
    +5.3 billones de pesos

Este aumento es el más alto en términos absolutos en la historia moderna de México, superando a Peña Nieto y Calderón.

Y aunque el porcentaje respecto al PIB se mantuvo estable (~49%), eso no significa que no haya habido nuevo endeudamiento, sino que el gobierno usó el crecimiento inflacionario del PIB para disfrazar la proporción.

¿Cómo lo hizo sin “pedir prestado”?

  1. Endeudamiento interno silencioso:

    Emisión de bonos gubernamentales (CETES, Bonos M) a través del Banco de México.
    – Aumento de la deuda interna en más de 2.6 billones de pesos.
  • Deuda a través de empresas públicas:
  • Pemex emitió deuda para refinanciar operaciones.
    • CFE y otras empresas del Estado contrajeron pasivos sin pasar por el Congreso.
  • Presupuesto militarizado sin transparencia:
    • Más de 1 billón de pesos ejecutados directamente por Sedena y Marina en obras públicas sin licitación abierta.
    • Los recursos asignados al Ejército no están sujetos a fiscalización pública detallada.
  • Uso de fideicomisos paralelos:
    • Aunque se eliminaron más de 100 fideicomisos, se crearon estructuras paralelas controladas directamente por Hacienda.
    • Redireccionamiento discrecional del gasto, sin evaluación técnica.

¿Y entonces por qué el PIB no lo refleja?

Porque el PIB nominal creció en pesos, debido a:

  • Inflación acumulada
  • Incremento artificial del consumo interno por programas sociales
  • Apreciación de ciertas exportaciones

Esto permitió que la deuda como % del PIB se mantuviera alrededor del 49%, pero eso no refleja el estrés real en las finanzas públicas.

De hecho, el propio gobierno presionó al Banco de México para cubrir parte del déficit mediante remanentes y adelantó gasto público antes de elecciones, comprometiendo aún más el margen fiscal del siguiente sexenio.

El resumen es claro. AMLO no necesitó pedir préstamos oficiales ni declarar nuevos rescates para endeudar al país. Lo hizo por dentro, por las sombras, por la vía del discurso.
Y mientras decía “no endeudamos”, sumaba más deuda que ningún otro presidente… y la usaba sin controles, sin evaluación y sin rendición de cuentas.

Tren Maya | Dos Bocas | AIFA

8. ¿En qué se gastó la deuda en el sexenio de AMLO?

Del pueblo bueno al Ejército contratista: el destino de los 5.3 billones

Ya demostramos que AMLO fue el presidente que más dinero manejó en la historia reciente de México. Ahora toca responder la pregunta clave:

¿En qué se gastaron los más de 5 billones de pesos de nueva deuda?

La respuesta puede resumirse en tres grandes rubros:

  1. Megaproyectos faraónicos
  2. Programas sociales sin medición de impacto
  3. Gasto militarizado sin fiscalización

1. Megaproyectos emblemáticos

El sexenio de AMLO se caracterizó por impulsar obras de infraestructura como símbolo de transformación, no necesariamente de rentabilidad.

Tren Maya

  • Costo estimado inicial: 120 mil millones de pesos
  • Costo real hasta 2024: más de 500 mil millones
  • Aumento: +300%
  • Ejecutado por Sedena, sin licitaciones abiertas
  • Sin estudios de impacto ambiental definitivos al inicio
  • Alta deforestación y conflictos con comunidades mayas
  • Ingreso estimado por boletaje cubriría solo el 2% del costo anual

Refinería Dos Bocas

  • Costo estimado: 8 mil millones de dólares (~160 mil millones de pesos)
  • Costo real: supera los 18 mil millones de dólares (~360 mil millones de pesos)
  • No está produciendo a plena capacidad
  • Elevados costos operativos y riesgo de ser obsoleta ante la transición energética

Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA)

  • Costo: ~104 mil millones de pesos
  • Uso: apenas alcanza el 10–15% de capacidad instalada
  • Mantenimiento subsidiado por el presupuesto
  • Militarizado desde su diseño, ejecución y operación

Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec

  • Obra que conecta el Pacífico con el Golfo
  • Más de 120 mil millones de pesos invertidos
  • Ejecutado parcialmente por la Marina
  • Problemas sociales, expropiaciones y retrasos

Todos estos proyectos fueron entregados a las Fuerzas Armadas, que operan como constructoras, desarrolladoras y administradoras sin rendir cuentas al Congreso ni a órganos autónomos.

2. Programas sociales masivos (y electoralistas)

AMLO destinó miles de millones a transferencias directas, con fuerte impacto en imagen pública, pero sin evaluación técnica del impacto social a largo plazo.

Principales programas:

  • Pensión para adultos mayores: presupuesto 2024: 465 mil millones
  • Jóvenes Construyendo el Futuro
  • Becas Benito Juárez
  • Sembrando Vida
  • Tandas para el Bienestar

A favor:

  • Disminución temporal de pobreza extrema (según Coneval)
  • Inyección de liquidez en zonas marginadas

En contra:

  • Sin reglas de operación claras ni padrones públicos transparentes
  • Criterios de entrega discrecionales
  • No se exigía retorno social (productividad, capacitación real)
  • Se usaron como instrumentos clientelares en tiempos electorales

Estos programas absorbieron cada vez más presupuesto, desplazando inversión en salud, educación, infraestructura técnica y ciencia.

3. Gasto militarizado sin controles

Uno de los fenómenos más preocupantes del sexenio fue la concentración del presupuesto público en las Fuerzas Armadas.

  • Sedena y Marina construyeron:
    • Aeropuertos, trenes, hoteles, cuarteles, carreteras, bancos
  • Operan:
    • Aduanas, aeropuertos, líneas aéreas, resguardo de migrantes, distribución de medicamentos
  • Presupuesto conjunto 2024: más de 250 mil millones de pesos
  • Más de 1 de cada 5 pesos del gasto de inversión fue ejecutado por el Ejército.

Además:

  • No están obligados a transparentar contratos ni licitaciones
  • Muchos proyectos fueron clasificados como de “seguridad nacional”
  • No existe contraloría civil sobre sus decisiones presupuestales

El Ejército se convirtió en una “constructora nacional” con poder absoluto sobre obras públicas y recursos.

¿Y qué no se financió?

Mientras aumentaban los recursos para megaproyectos y programas sociales, se recortaron o eliminaron:

  • INSABI y salud pública: desabasto histórico de medicamentos
  • CONACYT y ciencia: recortes en becas y desaparición de fideicomisos
  • Cultura: desaparición de fondos para cine, arte, creadores
  • Protección civil y medio ambiente: FONDEN eliminado
  • Justicia y transparencia: INAI, FGR, INE debilitados o presionados

AMLO no invirtió la deuda para fortalecer el país, sino para centralizar poder, construir símbolos políticos y financiar una red clientelar nacional.

El resultado: más pobreza estructural, menos Estado técnico, más ejército y más deuda.

Desmantelamiento institucional

9. Desmantelamiento institucional y centralización del poder

Cómo se destruyó el Estado técnico en nombre del “pueblo”

Una cosa es administrar el presupuesto con eficiencia. Otra, muy distinta, es convertir al Estado en una maquinaria de poder político, debilitando o desapareciendo los contrapesos, los organismos especializados y las reglas del juego institucional.

Esto último es lo que ocurrió durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. La concentración del poder presupuestal, político y operativo en la figura presidencial fue inédita en tiempos democráticos.

¿Qué se desmanteló?

INSABI / Salud Pública

  • Sustituyó al Seguro Popular, pero sin reglas claras de operación.
  • Colapsó durante la pandemia por falta de infraestructura.
  • En 2023, el propio gobierno lo disolvió oficialmente.
  • Resultado: millones de mexicanos sin atención médica gratuita garantizada.

FONDEN (Fondo de Desastres Naturales)

  • Eliminado en 2021.
  • Era un fondo clave para atender emergencias (huracanes, sismos, inundaciones).
  • Su desaparición dejó a los estados sin recursos inmediatos ante catástrofes, como se evidenció con el huracán Otis en Acapulco (2023).

CONACYT

  • Se eliminaron fideicomisos de investigación científica.
  • Becas y fondos reducidos, centralizados y politizados.
  • Ciencia subordinada a la ideología del régimen.

CONEVAL

  • Encargado de medir la pobreza y evaluar políticas sociales.
  • Presionado políticamente y limitado en su autonomía técnica.
  • El presidente descalificó públicamente sus datos cuando no coincidían con la narrativa oficial.

INAI (transparencia)

  • Organismo de acceso a la información pública.
  • Durante más de un año, el Senado (dominado por Morena) bloqueó los nombramientos del Pleno, impidiéndole sesionar.
  • Se intentó desaparecerlo, bajo el argumento de “ahorro”.

INE / Poder Judicial

  • Se impulsaron reformas para debilitar al INE: reducción de presupuesto, intentos de reforma electoral regresiva.
  • Se estigmatizó públicamente a ministros y jueces.
  • Se promovió la desaparición de fideicomisos judiciales y recortes presupuestales como represalia por fallos incómodos.

¿Cómo se centralizó el presupuesto?

  1. Presidencia y SHCP concentraron más del 80% del gasto federal.
  2. El Ejército recibió directamente obras y recursos sin intermediarios.
  3. Los estados y municipios fueron asfixiados presupuestalmente si no se alineaban políticamente.
  4. Licitaciones públicas fueron sustituidas por adjudicaciones directas, en proporciones nunca vistas:
  5. Según Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, más del 80% de contratos federales se otorgaron sin licitación entre 2019 y 2023.

Militarización: el Estado paralelo

  • Sedena y Marina no solo recibieron obras (como el AIFA, Tren Maya, cuarteles, aeropuertos, hoteles).
  • También manejan empresas estatales, como:
    • Olmeca-Maya-Mexica (aerolínea del gobierno)
    • Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México
    • Banco del Bienestar
  • La ley fue modificada para permitir que las Fuerzas Armadas reciban recursos sin transparencia bajo pretexto de “seguridad nacional”.
  • Esto creó un Estado paralelo militar, con autonomía presupuestal y operativa.

El problema no es solo político: es estructural

Cuando desapareces contrapesos, subordinas lo técnico a lo ideológico, y militarizas funciones civiles, no estás transformando el país: lo estás debilitando.

Durante este sexenio:

  • El conocimiento fue desplazado por la obediencia.
  • El profesionalismo fue sustituido por la lealtad.
  • El federalismo fue sustituido por la subordinación presidencial.

Conclusión de esta sección

AMLO no necesitó cambiar la Constitución para reconfigurar el poder. Lo hizo con el presupuesto.

La eliminación de fideicomisos, la militarización de funciones civiles y el estrangulamiento institucional dejaron a México con menos democracia funcional, menos profesionalismo técnico y más poder concentrado.

Peñanieto vs AMLO

10. Comparativo final: Peña Nieto vs AMLO

Dos sexenios, misma deuda… diferente destrucción

Durante años, AMLO utilizó a Peña Nieto como ejemplo de corrupción, despilfarro y traición al pueblo. Y con razón: el sexenio de Peña estuvo marcado por escándalos monumentales, reformas fallidas y una deuda creciente.

Sin embargo, al comparar ambos gobiernos con datos duros y consecuencias institucionales, el contraste se vuelve inquietante:

Ambos endeudaron al país en la misma magnitud, pero AMLO fue más allá.

Veamos el comparativo en todos los frentes:

1. Deuda generada

RubroPeña NietoAMLO
Deuda al inicio5.9 billones10.5 billones
Deuda al cierre10.5 billones15.8 billones
Aumento neto+4.6 billones+5.3 billones
% del PIB inicial→final37% → 49%49% → 49.7%
Deuda per cápita final~$112,000 MXN~$131,000 MXN

En pesos absolutos, AMLO generó más deuda. En proporción al PIB, Peña la aumentó más.

2. ¿Cómo se usó la deuda?

RubroPeña NietoAMLO
Justificación oficialReformas estructuralesProgramas sociales y megaproyectos
Resultados visiblesReformas energéticas, telecom, educativaTren Maya, AIFA, Dos Bocas
Corrupción ligada a gastoOdebrecht, OHL, Estafa MaestraAdjudicaciones directas, Sedena opaca
Evaluación externaEndeudamiento sin retornoGasto sin transparencia ni impacto medido

3. Instituciones y transparencia

RubroPeña NietoAMLO
Instituciones debilitadasINE presionadoINAI, INE, Coneval, CONACYT
Fideicomisos eliminadosNoSí (más de 100)
Contrapesos funcionalesSí, aunque infiltradosNo (centralización total)
Militarización del presupuestoNoSí (con Sedena y Marina)
Profesionalismo técnicoDegradadoSustituido por lealtad

4. Estilo de gobierno

RubroPeña NietoAMLO
Relación con empresariosCercana y cínicaTensa y selectiva
Comunicación públicaCorporativaHegemónica y populista
Uso del presupuestoTécnico-políticoIdeológico-centralista
Presupuesto al EjércitoBajoAltísimo (más de 250 mil millones/año)

5. Daño estructural

RubroPeña NietoAMLO
Daño a la confianza públicaAlto (corrupción)Alto (manipulación y polarización)
Daño a institucionesModerado (cooptación)Grave (desmantelamiento)
Legado fiscalRiesgosoRiesgoso y opaco
Legado institucionalDébilCentralizado y militarizado

Peña Nieto endeudó al país con corrupción y reformas inútiles. AMLO endeudó al país con símbolos, clientelismo y destrucción institucional. Ambos dejaron al país más pobre, más endeudado y más frágil. Pero mientras Peña corrompió el sistema, AMLO lo concentró, lo militarizó y lo desarmó desde dentro.

Peña Nieto robó el país. AMLO lo reconcentró en sí mismo.

Y los dos, nos dejaron pagando la cuenta.

¿Quién endeudo más a México? - Peñanieto o AMLO

11. ¿Quién perjudicó más a México?

Endeudarse es fácil. Gobernar sin destruir… eso es lo difícil.

Tras revisar las cifras, los usos del dinero, la destrucción institucional y el legado fiscal, la pregunta con la que iniciamos este artículo puede responderse de manera contundente.

¿Quién endeudó más en pesos?

AMLO, con más de 5.3 billones de pesos añadidos a la deuda pública, es el presidente que más dinero pidió prestado en la historia moderna de México. Superó a Peña Nieto y a Felipe Calderón.

¿Quién creció más la deuda en proporción?

José López Portillo, seguido de Calderón y Peña Nieto, aumentaron la deuda en mayor proporción relativa al tamaño de la economía. Pero esto no los hace menos responsables: sus aumentos ocurrieron en contextos de crisis, guerras o reformas estructurales fallidas.

¿Quién destruyó más al Estado mexicano?

Aquí no hay comparación posible:

AMLO desmanteló más instituciones, concentró más poder y militarizó más presupuesto que cualquier presidente civil desde la Revolución.

  • Usó la deuda para obras cuestionadas, no para fortalecer salud, ciencia o educación.
  • Disolvió fideicomisos, presionó al INE, al Poder Judicial, al INAI y debilitó contrapesos.
  • Puso al Ejército como brazo operativo y financiero del Estado, con empresas, contratos y privilegios.
  • Centralizó el presupuesto y ejecutó más del 80% del gasto federal desde la Presidencia y la SHCP.
  • Eliminó reglas técnicas, sustituyéndolas por lealtades personales.

Todo esto, mientras sostenía un discurso de “honestidad” y “transformación”.

Veredicto final

Peña Nieto endeudó al país para beneficiar a su red de corrupción. AMLO endeudó al país para centralizar el poder, debilitar las instituciones y militarizar el Estado.

Ambos dejaron un país más pobre, más dividido y más dependiente del gobierno central.

Pero solo uno transformó la estructura misma del Estado para perpetuar esa dependencia y eliminar los mecanismos que lo vigilaban.

Y por eso, con base en el daño institucional, el uso opaco del presupuesto y el legado de control absoluto:

Andrés Manuel López Obrador no solo endeudó más a México. También fue quien más lo perjudicó.

Este no es un ataque político: es un análisis de la realidad

Al presentar estos datos, no se busca atacar a un partido político, ni alimentar campañas electorales, ni favorecer a ningún bloque de poder.

Este artículo no es contra Morena, ni contra AMLO como figura personal.
Es un ejercicio de evaluación crítica sustentado en cifras oficiales, presupuestos federales, reformas institucionales, y consecuencias verificables.

Aquí no hay filtraciones ni teorías.

Hay boletines de la Secretaría de Hacienda, informes del Coneval, reportes del INEGI, cuentas públicas y datos abiertos.

Negar los números es fácil desde el fanatismo.

Pero entender lo que esos números nos dicen es una obligación para cualquier persona que crea en la rendición de cuentas.

Porque la democracia no se defiende con lealtades ciegas, sino con vigilancia activa. Y el país no se construye desde un solo bando, sino con ciudadanos informados, capaces de exigir resultados, no discursos.

Hoy el Estado mexicano está más endeudado, más militarizado y más centralizado que nunca.

Y eso no es culpa de un “régimen anterior”.

Es el saldo directo de las decisiones tomadas entre 2018 y 2024.

Por eso, este análisis no busca “desprestigiar” a nadie.

Busca recordar que el poder no es propiedad de los partidos, sino un encargo temporal, y que rendir cuentas no es persecución: es justicia democrática.

Fuentes utilizadas

Datos oficiales de deuda y finanzas públicas

  • Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)
    • Informes trimestrales de finanzas públicas 2018–2024
    • Estadísticas Oportunas de Finanzas Públicas
    • Cuenta Pública de cada ejercicio fiscal
  • Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) – Cámara de Diputados
    • Reportes históricos de deuda y gasto público
  • Banco de México
    • Series estadísticas sobre deuda interna y emisiones de CETES/Bonos
    • Reportes de remanentes y política monetaria
  • Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)
    • PIB histórico y trimestral nominal y real
    • Indicadores macroeconómicos
    • Población estimada para calcular deuda per cápita

Evaluación de programas y gasto social

  • CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social)
    • Informes de evaluación de programas sociales 2018–2024
    • Medición multidimensional de pobreza
  • CONACYT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología)
    • Informes de cambios estructurales en financiamiento científico

Desmantelamiento institucional y militarización

  • Decretos oficiales en el Diario Oficial de la Federación (DOF)
    • Extinción de fideicomisos (2020–2021)
    • Transferencias de funciones a Sedena y Marina
  • Artículo 1º constitucional y reformas legales en seguridad pública y obras prioritarias
    • Análisis de iniciativas presidenciales y cambios presupuestales
  • Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI)
  • IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad)
    • Evaluaciones del gasto militar, opacidad y riesgo fiscal

Análisis independientes y periodismo económico

  • Animal Político, El Economista, El Financiero, Expansión, Forbes México, LatinUs, Proceso, Sin Embargo, El País
    • Reportes y análisis sobre:
      • Megaproyectos (Tren Maya, Dos Bocas, AIFA)
      • Crisis en salud y desaparición del INSABI
      • Gasto militar y empresas controladas por Sedena

Organismos multilaterales

  • Fondo Monetario Internacional (FMI)
    • Indicadores macroeconómicos de deuda pública
  • Banco Mundial

Análisis históricos del endeudamiento en América Latina

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