Las prácticas irregulares de Ticketmaster en México han generado preocupación y malestar entre los consumidores. A pesar de los esfuerzos de diversas iniciativas para regular la venta de boletos, la opacidad y la falta de acción por parte de las autoridades regulatorias han permitido que esta empresa opere en total impunidad. OCESA y Ticketmaster dominan el 64.5% del mercado del entretenimiento en el país, lo que ha llevado a precios exorbitantes y ventas exclusivas. Aunque se proponen reformas a la Ley Federal de Protección al Consumidor, la indiferencia de las autoridades dificulta su avance.
La concentración del mercado del entretenimiento en México ha alcanzado niveles alarmantes con OCESA y Ticketmaster acaparando el 64.5% de los servicios, según datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). Esta situación ha dado lugar a precios excesivos en la adquisición de boletos para espectáculos en vivo y a ventas exclusivas que perjudican a los consumidores mexicanos.
Ante estas prácticas cuestionables, legisladores de diferentes partidos han propuesto reformar la Ley Federal de Protección al Consumidor con el objetivo de regular la venta de boletos. Sin embargo, estas propuestas enfrentan obstáculos significativos debido a la apatía y falta de acción por parte de las autoridades regulatorias, según advierte Tec-Check, una asociación civil enfocada en los derechos digitales de los consumidores.
Tec-Check ha liderado la primera queja colectiva contra Ticketmaster y, a través de una solicitud de información, ha revelado que el titular de PROFECO, Ricardo Sheffield, no se ha reunido con representantes de Ticketmaster en los últimos tres años para hacer cumplir la ley y proteger los derechos de los consumidores digitales.
La impunidad con la que opera Ticketmaster en México es el resultado de la indiferencia y la ausencia de las autoridades encargadas de proteger a los consumidores. Según Maximilian Murck, director general de Tec-Check, Ticketmaster aprovecha esta situación a expensas de los consumidores y también de los propios artistas, ya que sufren las condiciones impuestas por la empresa. Esta concentración de poder de mercado sin precedentes pone a los consumidores en desventaja y genera un monopolio u oligopolio perjudicial.
Cabe destacar que el conflicto con Ticketmaster no se limita a México. En Estados Unidos, la empresa ha estado envuelta en controversias, como el caos en la venta de boletos para la gira de Taylor Swift, los altos precios ofrecidos a la banda británica The Cure, que disgustaron a su líder, Robert Smith, e incluso afectando a Metallica con sus acciones.
Por otro lado, en la Comisión de Economía, Comercio y Competitividad de la Cámara de Diputados se aprobó un dictamen que propone reformas a la Ley Federal de Protección al Consumidor para salvaguardar los derechos de los consumidores al comprar boletos para espectáculos públicos, tanto en medios físicos como digitales. Estas modificaciones incluyen la devolución íntegra del importe pagado en caso de cancelación del evento, la sanción al acaparamiento de boletos y la reventa no autorizada, así como el aumento de las multas.
Una de las propuestas del dictamen establece que los proveedores de servicios destinados al ofrecimiento de espectáculos públicos deben garantizar la entrada de los consumidores que cuenten con algún medio válido para acceder al evento, emitido por el proveedor o un tercero autorizado. Esta medida busca evitar situaciones como la ocurrida en el concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca, donde el sistema de validación del boletaje falló y se negó la entrada a decenas de personas, a pesar de haber realizado una compra legal.
A pesar de estas iniciativas prometedoras, el futuro de estas reformas es incierto. El dictamen aún debe pasar al pleno de la Cámara de Diputados para su discusión y posible aprobación. Sin embargo, en un mercado donde más del 10% de los adultos asisten a conciertos o eventos similares al menos una vez al año, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y con una empresa que prácticamente domina todo el negocio del espectáculo, es poco probable que estas propuestas logren avanzar.
La falta de voluntad política y la opacidad regulatoria en el mercado del entretenimiento han permitido que Ticketmaster opere sin restricciones y beneficie a costa de los consumidores. La concentración de poder en manos de unas pocas empresas ha generado precios excesivos y condiciones desfavorables tanto para los consumidores como para los propios artistas.
Es necesario que las autoridades regulatorias asuman su responsabilidad y protejan los derechos de los consumidores. Esto implica implementar medidas efectivas para regular la venta de boletos, promover la competencia en el mercado del entretenimiento y garantizar la transparencia en las prácticas comerciales.
Los consumidores también pueden ejercer su poder al informarse, denunciar prácticas abusivas y apoyar a las iniciativas que buscan promover la protección de sus derechos. La presión pública y la conciencia colectiva son fundamentales para impulsar cambios significativos en el mercado del entretenimiento en México.
En conclusión, las iniciativas y esfuerzos para enfrentar las irregularidades de Ticketmaster en México contrastan con la opacidad de las autoridades regulatorias. Aunque se proponen reformas para regular la venta de boletos y proteger los derechos de los consumidores, la falta de acción por parte de las autoridades y la concentración del mercado del entretenimiento dificultan su avance. Es necesario que tanto las autoridades como los consumidores tomen medidas para promover la transparencia, la competencia y la protección de los derechos en este sector crucial para la cultura y el entretenimiento en el país.
