Los datos parecen contradictorios. Por un lado, es evidente que Morena ha perdido apoyo entre las clases medias –las cuales abarrotan las calles de la Ciudad de México y otras zonas urbanas en marchas de rechazo al presidente. Por el otro, los datos muestran que las clases medias, al menos en Ciudad de México, han aumentado su preferencia a votar por Morena, de 39% a 50% en el último año (El Financiero 17/03/2023).
La pregunta es cómo explicar este fenómeno. La respuesta es sencilla: López Obrador ha perdido a la clase media, pero ha ganado al estrato medio. La clave está en que la clase media no es, ni se parece, al estrato medio. Me explico.
Para ser clase media, de acuerdo con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), se necesita tener ingresos suficientes para poder acceder a electricidad, drenaje, servicios de salud, educación, bienes durables básicos, seguridad social y tiempo libre. Así, los hogares de clase media tienden a tener ingresos de entre 9,700 y 18,700 pesos mensuales per cápita (Q1-Q3, MMIP 2020). En México, solo 12.3% de las personas pertenece a la clase media (MMIP 2020).
El estrato medio es diferente. Para ser estrato medio se debe tener un nivel de vida intermedio en México. Es decir, debe ser un hogar más o menos promedio que, ni pertenece al top-10% más rico de México (estrato alto), ni pertenece a la mitad más pobre del país (estrato bajo). Los hogares de estrato medio tienden a tener ingresos de entre 4 mil y 9,800 pesos mensuales per cápita (mediana decil V-IX, MMIP 2020). Por definición, 40% de la población se encuentra en el estrato medio.
En países con un buen nivel de vida, la clase y el estrato medio son casi lo mismo. En México no. Por el contrario, en nuestro país las diferencias son tan amplias que dan pie a dos aspectos clave para entender el voto por Morena.
Primero, cuando las encuestas miden “clase media” en su gran mayoría están midiendo al estrato medio e incluso partes del bajo. Esto se debe, en parte, a que muchas encuestas piden que la gente identifique a qué clase pertenecen (nótese que en México hasta 79% de la población cree ser “clase media”, Parametría 2021). Pero también se debe a que es difícil encuestar a la verdadera clase media porque mucha de ella vive en cerradas con vigilancia y tiene poco interés (o miedo) de atender a los encuestadores.
Así, cuando las encuestas hablan de “las preferencias de las clases medias”, en realidad hablan, en su mayoría, de las preferencias de hogares vulnerables y hasta pobres. Entre esos hogares, López Obrador va muy bien y ganando votos.
Segundo, donde López Obrador no va bien es entre la clase media verdadera, ese 12.3% de la población que inunda las calles en las protestas en defensa del INE. Debido a la enorme desigualdad de nuestro país, el mexicano promedio percibe a esos protestantes como gente de dinero. Son los que tienen autos, pueden ir a restaurantes el fin de semana, usar el valet parking, llevar playeras de lino y sombreros Panamá. Además, ellos son muy influyentes en la opinión pública porque son los referentes de columnistas y medios extranjeros.
En términos estrictos, la verdadera clase media de México es tan pequeña y pertenecer a ella es un privilegio tan escaso que, la mitad de ella clasifica, ya no en el estrato medio de ingreso, sino como parte del estrato alto de ingreso. La mitad de la clase media mexicana pertenece al top-10% de los hogares más ricos de México. En efecto, Obrador ha perdido votos entre la clase media verdadera.
Así, Obrador duerme tranquilo. Sabe que en México las clases medias no ganan elecciones por el simple hecho de ser muy pequeñas, los estratos medios sí.
Viridiana Ríos
Columna publicada en milenio.com el 27/03/23
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