El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha cerrado completamente la puerta a las agencias de seguridad de EE. UU., quienes estaban acostumbradas a llevar a cabo operaciones como la reciente infiltración de los Chapitos, una facción del Cártel de Sinaloa, o la operación Rápido y Furioso. El presidente advirtió esta mañana: «los agentes extranjeros no pueden operar en nuestro país. Podemos compartir información, pero son el Ejército Mexicano, la Marina, la Guardia Nacional y la fiscalía general de la República quienes pueden intervenir».
El presidente reveló que la Agencia Antidrogas (DEA) no informó al gobierno mexicano ni solicitó autorización para la operación en la que se infiltraron en los Chapitos. Acusó a estas agencias extranjeras de ser problemáticas.
Durante su conferencia desde el Palacio Nacional, criticó las filtraciones de estas agencias a periódicos como el Washington Post, que publicó un informe del Departamento de Estado que alega una supuesta confrontación entre las Secretarías de Marina y Defensa Nacional. «¡Del Departamento de Estado! ¿Cómo pueden hacer eso?» criticó.
Sin embargo, el presidente López Obrador dijo que México no presentará una nota diplomática de protesta. «Solo seguiremos insistiendo, persuadiéndolos de que no lograrán nada así. Porque estas son campañas del Pentágono, ya ve. ¿Qué tienen que hacer aquí?»
Agregó que estas agencias estadounidenses «ya no entrarán como lo hacían antes, no. Habrá cooperación, pero tenemos que ponernos de acuerdo». El presidente mexicano recordó que, durante el mandato de Felipe Calderón, estas agencias operaron con impunidad en el país y que mantuvieron una relación intensa con Genaro García Luna (un aliado del Cártel de Sinaloa, exsecretario de Seguridad Pública y mano derecha de Calderón en la supuesta guerra contra el narcotráfico) a través de la Iniciativa Mérida.